Cómo ser traductor jurado: la guía definitiva
Si estás considerando una carrera profesional dentro del área de las traducciones (o ya eres traductor y quieres subir al siguiente nivel) entonces pensar en convertirte en traductor jurado es una muy buena opción.
Y te explicamos por qué.
El mundo de las traducciones cuenta con tantos perfiles especializados como industrias.
Por eso, mientras más exclusiva sea la tarea que realizas, entonces más solicitado será tu servicio, lo que se traducirá en más dinero en tu cuenta.
Entonces, si quieres saber cómo ser traductor jurado, en el siguiente artículo te contaremos todo lo que tienes que saber.
Pero para comenzar, vamos con la definición.
¿Qué es ser traductor jurado?
Un traductor jurado es el profesional traductor que está habilitado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación para garantizar de forma legal que el documento traducido es exacto y veraz con respecto al documento original.
Estas certificaciones son necesarias siempre que el documento traducido sea solicitado por un organismo oficial.
Por ejemplo, si un australiano debe presentar su partida de nacimiento para un trámite en un organismo público español, entonces ese documento deberá ser traducido del inglés al castellano.
Esa traducción tendrá que estar certificada por un traductor jurado que garantice su veracidad.
Como ya puedes ver, responder en nombre de un organismo público para realizar tu trabajo ya te otorga autoridad y “le pone un precio a tu firma”.
¿A qué nos referimos con esto?
Muchas veces, los traductores jurados ni siquiera deben realizar la traducción.
Si no que la misma es realizada por un traductor profesional, que recurre al traductor jurado para certificar que la misma es veraz y exacta a la original.
Controlar, firmar, y cobrar. Nada mal.
Diferencia entre traductor jurídico y traductor jurado
Antes de seguir, vamos a hacer un punto para aclarar esto que puede generar dudas.
Un traductor jurídico es el profesional que se encarga de trabajar con documentos de índole legal (tales como testamentos, contratos, acuerdos, licencias, documentos bancarios, etc.).
O sea, que necesita conocimientos técnicos sobre temas legales para realizar su trabajo correctamente.
Mientras que un traductor jurado, es aquel con la capacidad de traducir cualquier tipo de documentos, y que su firma avala al mismo para ser aceptado en un organismo público.
En resumen, el traductor jurado puede hacer ambos trabajos, pero el traductor jurídico no.
Ahora sí, seguimos.
¿Qué tengo que hacer para ser traductor jurado?
Por supuesto, en primera instancia tienes que realizar la carrera de traductorado.
O sea, volverte un experto en dos idiomas (generalmente tu idioma nativo y un segundo que llegues a dominar con la misma competencia).
Existen muchos organismos públicos y privados para completar esta etapa, y adquirir el título de Traductor Profesional.
Pero para llegar a ser traductor jurado hay que seguir trabajando:
Lo que debes hacer a continuación es un examen que te habilite ante los organismos públicos.
En el caso de España, el organismo que te otorgará el título de traductor jurado es la Oficina de Interpretación de Lenguas que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Sin embargo, también podrás ejercer en España obteniendo el título en otro país.
La condición es que el reconocimiento de cualificaciones profesionales análogas hayan sido obtenidas en otro Estado miembro de la UE o del EEE.
¿Qué es un traductor jurado en España?
Veamos lo que dice la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación:
“Las traducciones e interpretaciones de una lengua extranjera al castellano y viceversa tendrán carácter oficial si han sido realizadas por quien se encuentre en posesión del título de Traductor-Intérprete Jurado que otorga el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, según establece la disposición adicional décima sexta de la Ley 2/2014, de 25 de marzo, modificada por la disposición final cuarta de la Ley 29/2015, de 30 de julio.”
Sin embargo, el mismo sitio web aclara algo muy importante sobre cuál es el rol que desempeña este profesional, lo que nos lleva a la siguiente pregunta.
¿Un traductor jurado es un funcionario público?
Negativo.
“El título de Traductor/a Jurado/a no confiere a su titular la condición de funcionario público y no establece un vínculo laboral con la Administración Pública”.
De todas formas, es posible presentarse a oposiciones convocadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Todas las comunicaciones con respecto al tema son realizadas a través de su sitio web, al que puedes acceder aquí.
¿Cuáles son los requisitos para presentarse al examen de traductor jurado?
Antes de seguir adelante, vamos a asegurarnos de que cumples con los requisitos necesarios para presentarte al examen que te otorgará el título para ser traductor jurado.
Ser mayor de edad.
Ser ciudadano español, de algún otro país de la Unión Europea o Espacio Económico Europeo.
Tener un título de graduado/licenciado (o sea, cualquier título que corresponda al nivel 2 o 3 del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior). En el caso de un extranjero, puede poseer un título homologado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Pagar una tasa de 37,15 € aproximadamente (que es una fracción de lo que podrás ganar con un solo trabajo, pero de eso te contamos más adelante).
¿Cumplimos con los requisitos?
Bien, entonces vamos a obtener el título.
¿Cómo certificarse como traductor en España?
El Ministerio convoca anualmente a exámenes para obtener el título de Traductor Jurado.
Puedes aplicar para la combinación de castellano, con una lengua X (o sea, castellano-inglés, castellano-chino, castellano-ruso, por ejemplo).
En primera instancia se realizan unas pruebas selectivas para determinar la aptitud de los candidatos y luego se procede con un examen que consta de tres partes, las cuales se deben ir aprobando para poder pasar a la siguiente.
Parte uno
Es un ejercicio gramatical o terminológico en castellano de 50 preguntas, con 5 de reserva que no es obligatorio responder, pero vaya que sí es recomendable.
Esta parte dura 75 minutos y los que tengan más de 25 respuestas correctas seguirán en camino.
Parte dos
Esta etapa consta de tres pruebas.
La primera y la segunda son traducciones del castellano a la lengua combinada para la que te estés presentando, y el candidato tendrá 2 horas para realizarlas.
Los textos son literarios o periodísticos, de alrededor de 400 palabras, y no se puede utilizar diccionarios.
En la tercera prueba, el texto será de carácter jurídico o económico de 500 palabras, que podrá realizar en 90 minutos, pero esta vez puede utilizar el diccionario.
Parte tres
En esta instancia, el candidato deberá realizar una interpretación consecutiva durante 20 minutos de un tema a seleccionar por el tribunal.
En el sitio web del Ministerio publican los temarios que se van a abordar en las primeras etapas, como así también exámenes para tener como guía de estudio.
Ahora que ya has pasado con éxito la etapa de evaluaciones, es momento de solicitar la homologación.
Certifica tu firma como traductor jurado
Llegó el momento de contárselo a todo el mundo, y sobre todo, a las organizaciones que van a respaldar tu firma y sello como traductor jurado.
Entonces, tienes 20 días para enviar el título con una copia de tu identificación a la Oficina de Interpretación de Lenguas.
La misma te dará tu número de identificación de traductor jurado, sello, y lo comunicará a la comunidad autónoma correspondiente.
En adelante, formarás parte del registro oficial de traductores jurados y ejercerás tanto en España como en el resto de los países que reconozcan este título.
¡Felicidades!
¿Cuánto cobra un traductor jurado en España?
Mientras en el mundo de las traducciones las tarifas se suelen establecer por cantidad de palabras, en el submundo de los traductores jurados el sistema es diferente y suele cobrarse por páginas.
De todas formas, no existe un tarifario determinado para estos tipos de trabajos, y el precio puede variar en función de los siguientes factores.
Idiomas intervinientes
Mientras más “exclusivo” sea el idioma origen o destino del documento, entonces menos cantidad de profesionales habrá disponibles, y a menos profesionales entonces la tarifa será más elevada.
La famosa ley de oferta y demanda.
Cantidad de documentos a certificar
Esto es una cuestión lógica para que ya lo veas como tu negocio. Mientras más cantidad de documentos te soliciten, entonces es una buena estrategia ir disminuyendo el precio individual para captar a ese cliente.
¿Particular o agencia?
Como particular las tarifas que podrás aplicar por tus trabajos en general serán más elevadas.
Sin embargo, trabajar para una agencia te puede facilitar el gran (y costoso) trabajo de implementar estrategias de marketing para captar a tus clientes, el trato con los mismos, y en gran parte la administración de tu negocio.
Por supuesto, esto depende de cada uno.
Para tener una idea a rasgos generales, la traducción de un título profesional del inglés al castellano puede alcanzar alrededor de los 60 €, mientras que una traducción jurada entre castellano y esloveno puede llegar hasta los 90 €.
Sí, la diferencia puede estar alrededor de un 50%.
Si quieres saber más sobre la traducción jurada ofrecida por una agencia profesional, puedes consultar nuestra página sobre este servicio aquí.
¿Cómo saber si un traductor jurado es oficial?
Una vez que estés trabajando necesitarás demostrar a tus clientes (particulares o agencias) que tu firma y sello están homologados para certificar documentos como traductor jurado.
Para ello la Oficina de Interpretación de Lenguas (OIL), máximo órgano de la Administración del Estado en materia de traducción e interpretación de lenguas, publica periódicamente un Listado de todos los Traductores-Intérpretes Jurados que han sido nombrados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
En el mismo se indica nombre del profesional, dirección, teléfono y correo electrónico, ordenados por idiomas.
O sea, es una excelente forma de comenzar a captar clientes.
¿Solamente puedo trabajar como traductor jurado?
En lo absoluto. No tienes porqué “limitarte” a trabajar solamente dentro de este segmento.
Ser traductor jurado quiere decir que ya has superado una instancia donde las traducciones no necesitan una certificación, y por eso también puedes realizar trabajos generales contando con la autoridad que el título te otorga.
O sea, puedes tomar trabajos de traducción de tantos tipos como desees, y mientras tanto ir haciéndote un nombre como traductor jurado.
Y esto es una buena idea.
Trabajar con mayor cantidad de clientes te abrirá un abanico de posibilidades y contactos.
Y si uno de ellos en un momento necesita de un traductor jurado (o tiene que recomendar uno) tu nombre vendrá a su mente inmediatamente.
¿Es posible teletrabajar como traductor jurado?
Otra buena noticia.
A raíz de todos los cambios generados en el mundo por la pandemia del COVID-19, las administraciones públicas españolas determinaron que las firmas electrónicas son admitidas para la presentación de documentos en dichas entidades.
O sea que por motivos de seguridad, el tedioso papeleo e intercambios físicos necesarios para certificar documentos puede ser realizado de forma telemática.
Por lo tanto, desde donde te encuentres.
Esto no exime de cumplir con todos los requisitos mencionados anteriormente, para nada.
Ser traductor jurado, una gran decisión profesional
Más allá de que el proceso puede resultar algo complejo, los beneficios de convertirse en traductor jurado están a la vista:
Buenas tarifas, trabajo remoto (con posibilidades de crecimiento en el futuro), el respaldo de organizaciones públicas, y hasta la posibilidad de presentarte a oposiciones.
Todos esos son motivos más que suficientes para ponerte en marcha y comenzar a trabajar para convertirte en traductor jurado ¿Estás listo?
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