La gamificación como herramienta de enseñanza-aprendizaje de idiomas
A la hora de enseñar-aprender idiomas, la idea de la cantidad de información que el cerebro debe procesar para alcanzar un dominio correcto de la nueva lengua puede desmotivar e incluso disuadir a cualquier persona de continuar tomando clases.
Por suerte, para combatir esta percepción y apoyar a los alumnos durante el trayecto de aprendizaje, existen métodos que permiten que el alumno se involucre, casi sin darse cuenta, y progrese de manera constante.
Una de estas técnicas es la gamificación y en este artículo encontrarás todos los datos que necesitas para aplicarla.
Qué es la gamificación y para qué sirve
El término gamificación es relativamente nuevo. Hace apenas una década que comenzó a cobrar fuerza en ambientes empresariales y educativos, ganándose un lugar entre las estrategias de marketing y de enseñanza.
La causa de este crecimiento es que, más allá del tipo de institución y su objetivo, funciona.
Pero, ¿qué es gamificar? Es algo tan simple y tan complejo como aplicar técnicas, elementos y dinámicas de los juegos a actividades no relacionadas directamente con el ocio y el disfrute.
Este método tiene como objeto principal lograr la interacción entre una marca, su público y los valores que comparte o un enseñante, sus alumnos y los contenidos educativos que desea transmitirles.
Una interacción que se caracteriza por no ser forzada y, sobre todo, interactiva.
Técnicas y dinámicas de gamificación
Las técnicas más populares, probadas y efectivas cuando se trata de gamificación son:
· Contabilización del progreso: esto permite saber al jugador cómo ha avanzado y lo motiva a obtener mejores resultados.
· Historias con personajes: adoptar otra identidad para lograr algo o ayudar a personajes para alcanzar objetivos dentro de un marco narrativo creado para la ocasión es una técnica extendida para aplicar la gamificación.
· Insignias: para aquellos que logran superar ciertos desafíos dentro del juego. Apelan a la necesidad humana de reconocimiento.
· Niveles: regulan el avance por la superación de obstáculos graduados según la dificultad para el participante.
· Puntos: premian dentro del juego las pruebas superadas en tiempo y forma.
· Ranking: destaca a los participantes mejor posicionados y motiva al resto a ir por un lugar en el podio.
· Tiempo limitado: regula el juego y lo vuelve más entretenido. No solo se trata de alcanzar determinado objetivo, sino de hacerlo lo más rápido posible.
En cuanto a las dinámicas de gamificación, consisten principalmente en:
Auto-expresión y autorregulación: ya que el jugador puede expresarse desde su rol en el juego y decidir cómo llevar adelante el desafío.
Logros: premian el progreso durante el proceso. El jugador no solo obtiene un “premio” al final. Desde el inicio sus esfuerzos son reconocidos.
Recompensas: son las que aseguran la participación y la convierten en una estrategia diferente para enseñar, promocionar o vender.
Conocerlas es el primer paso para aplicarlas con éxito.
La gamificación aplicada a la enseñanza-aprendizaje de idiomas
Gamificación educativa
Gamificación y aprendizaje son dos buenos amigos. Sin embargo, para que la gamificación aplicada a la enseñanza-aprendizaje cumpla los objetivos, debe ser, ante todo, dinámica y entretenida.
Si no representa un desafío real, es probable que el alumno se desinterese y se “desconecte”, complejizando la tarea del enseñante.
Por eso, cuando se trata de gamificación educativa, el juego debería ser lo suficientemente interesante y desafiante como para lograr el compromiso con el aprendizaje.
Los beneficios de esta estrategia son tanto para el alumno como para el enseñante, que podrá observar el desarrollo y el crecimiento de sus alumnos y obtener información sobre los errores y las dificultades en el aprendizaje de cada individuo.
Gamificación y aprendizaje basado en juegos
Dado que la gamificación promueve la motivación y facilita el aprendizaje cuando la información que se necesita procesar es numerosa, esta estrategia es adecuada para la enseñanza de idiomas.
Esto se debe a que un alumno que no está preparado para acceder a un nivel superior no podrá hacerlo hasta que se haya apropiado de los conocimientos propuestos de acuerdo a la planificación del enseñante.
El juego lo anima a repasar lo que necesita saber para seguir avanzando y, si ha sido correctamente diseñado, a manejar de manera inconsciente mayor volumen de datos que los propuestos por actividades tradicionales para un mismo período de tiempo de aprendizaje.
Como el centro de la estrategia de la gamificación educativa es la experiencia de usuario, el alumno se vuelve responsable de su participación, interacción y resultados.
Al comprender que su conducta es lo que le permite (o no) avanzar con el “juego” propuesto, se le presenta como un desafío que se esfuerza por superar sin necesidad de una intervención directa del enseñante.
El papel del traductor profesional en el proceso de gamificación
El traductor profesional es un especialista que maneja a la perfección una o más lenguas y cuenta con formación y certificaciones que avalan su saber.
Por ello, cuando se trata de gamificación aplicada a la enseñanza-aprendizaje de idiomas o su empleo como parte de una estrategia de marketing internacional, su participación es indispensable.
Las causas son dos:
1. Es de vital importancia que el juego no pierda su esencia. Sea cual sea el idioma al que se lo adapte, debe mantener intacto el sentido otorgado por su creador.
Puede tratarse de un videojuego que sea necesario traducir a una o más lenguas o de una instalación con cartelería en aula. Siempre la transcreación y localización será superior a la traducción literal, que puede restar considerablemente la emoción que un juego debe provocar.
2. Evitará cualquier error que se produjera durante el proceso de creación.
Su conocimiento de idiomas de manera nativa lo vuelven apto para juzgar el trabajo original antes de crear una versión en una nueva lengua donde el error se reproduzca, atentando contra el objetivo por el que la gamificación ha sido la estrategia escogida.
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Pasos para crear una estrategia de gamificación que funcione
1. Para gamificar es imprescindible definir un objetivo (por ejemplo: enseñar x contenido) y un método (dinámica y técnica).
2. Que represente un reto. Superarse a sí mismo e incluso superar a otros (competir) es uno de los motores de las actividades humanas.
3. Crear un ambiente propicio: permitirá que el cliente o el alumno haga a un lado la idea de que se pretende venderle o enseñarle y lo pre dispondrá a aceptar la novedad.
4. Recurrir a las recompensas: sin ellas, no existen motivos para involucrarse en la actividad. Si se ofrece un premio a cambio de la participación y/o evolución en el juego, la predisposición a hacer bien el trabajo, aumenta considerablemente.
5. Promover el reconocimiento de aquellos que responden al método de manera ejemplar. Esto motivará al resto a competir por ese lugar de privilegio conseguido.
6. Llegado hasta aquí parece que ha quedado a un lado la idea de colaborar con otros para alcanzar el bien común y que la competencia se opone al altruismo. Sin embargo, es posible fomentar el trabajo colaborativo a través de la gamificación, formando equipos para la consecución de metas. En estos casos, se comparten las recompensas y el reconocimiento.
Conclusión
Como se ha visto, la gamificación no necesariamente está relacionada con la tecnología informática.
La dinámica puede aplicarse en los más variados escenarios y con los más diversos objetivos. Esto la convierte en una opción para nada desdeñable tanto en el ámbito educativo como en el empresarial.
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