Qué es y cómo funciona la traducción automática
El concepto de traducción automática se ha vuelto cada vez más popular.
Su relación con la inteligencia artificial adjudicada a las máquinas y el temor a que algún día éstas reemplacen al ser humano lo han puesto en el centro de la escena, sumando innumerable cantidad de adeptos y detractores.
Pero, ¿de qué se trata en verdad la traducción automática? Y, más importante aún, ¿cómo contribuye con la industria de la traducción?
Todas las respuestas, en este artículo, donde aprenderás los conceptos más relevantes vinculados con la traducción automática, conocerás su historia y profundizarás sobre la importancia de la posedición y de los servicios de localización para optimizar los resultados.
Traducción automática: definición y tipos de esta nueva tecnología
El término traducción automática, tal como su nombre lo anticipa, refiere a la clase de traducción automatizada que es realizada por un ordenador mediante un software que permite la traslación de una lengua a otra manteniendo el significado y el sentido del escrito original sin intervención humana.
A la fecha, existen diferentes tipos de traducción automática. Uno de ellos es el que recibe el nombre de traducción automática basada en reglas.
Traducción automática basada en reglas
La traducción automática basada en reglas o Rule Based Machine Translation (RBMT) se asienta en reglas lingüísticas, tanto semánticas como morfológicas y sintácticas y en centenares de diccionarios bilingües que son la materia prima que la máquina emplea para reconocer el texto original y arrojar una versión más o menos acabada en el idioma escogido.
Los softwares de traducción automática basados en reglas habilitan además al usuario a ingresar términos propios de la disciplina a traducir, lo que permite que la ambigüedad, producto de la polisemia de las palabras, se reduzca considerablemente.
Por ello, los resultados de la traducción automática basada en reglas suelen alcanzar altos estándares de calidad en cuanto a la coherencia y el sentido, pero no así en lo relativo a la fluidez.
Traducción automática estadística
Un segundo tipo de traducción automática es la estadística.
En este caso, la máquina “aprende” analizando enormes volúmenes de datos en los pares de idiomas escogidos. De manera intuitiva, arroja textos traducidos de manera fluida de un idioma a otro. Aunque, como contra, el resultado suele ser menos coherente cuando se trata de textos generalistas, por la imprevisibilidad relacionada con el sistema de “aprendizaje”.
Asimismo, la gramática de los escritos producto de una traducción automática estadística es muy inferior a la de aquellos basados en reglas, por carecer de pautas orientativas en este sentido.
Entonces, ¿cuál es el tipo más adecuado? La respuesta es que existe un tercero que ha superado en tecnología y resultados a los dos anteriores: la traducción automática neuronal.
La evolución de la traducción automática
La historia de la traducción automática tiene su inicio en el siglo pasado.
Como todos los grandes avances en la historia de la humanidad, está emparentada con la tecnología bélica y relacionada con la necesidad de crear herramientas capaces de potenciar capacidades o suplir funciones del cuerpo o la mente humanas.
Transcurrían los años 60 y Estados Unidos requería asistencia durante la Guerra Fría para traducir documentos confidenciales de manera que los traductores humanos, partiendo de una base más o menos coherente, pudieran interpretar y traducir los textos completos. Veía la luz entonces el primer esbozo de lo que hoy conocemos como traducción automática basada en reglas.
Pasaron más de 20 años hasta que la multinacional tecnológica IBM comenzara a implementar modelos estadísticos para perfeccionar los motores de traducción automática estadística que fueron los precursores de softwares de traducción para particulares y profesionales de la traducción que deseaban acortar tiempos de traducción de grandes volúmenes de datos.
El último paradigma, superador de los dos anteriores, es un poco más cercano en el tiempo. Algunos fechan los primeros acercamientos a la traducción automática neuronal en el año 2014 y otros en el año 2017. En cualquier caso, ha transcurrido menos de una década desde que esta tecnología irrumpió en el mundo de las traducciones para cambiarlo todo.
La traducción automática neuronal emula los procesos del cerebro humano. Luego de recibir una gran cantidad de datos (muchos más que los que requiere la traducción automática estadística), la máquina realiza asociaciones no sólo de términos, sino también de oraciones, que le permiten traducir de un idioma a otro alcanzando un resultado natural y un nivel de precisión que supera con creces al resto de los modelos.
Al ser la última y la más sofisticada tecnología de traducción, la traducción automática neuronal sigue siendo desarrollada y perfeccionada, con la intención de reducir ampliamente la necesidad de numerosas posediciones por parte de especialistas humanos.
La traducción automática y la posedición
Más allá de la clara superación entre modelos en la historia de la traducción automática, aún existe la necesidad de la participación de especialistas bilingües para dar por acabado un texto que un ordenador ha traducido, incluso cuando se trata de traducción automática neuronal.
Ese proceso de revisión, edición y corrección de textos que han sido traducidos de manera automatizada se denomina posedición.
El profesional encargado de este trabajo conoce a la perfección tanto el idioma del texto original como el idioma al que debe realizarse la traslación y el sector al que pertenece el documento traducido, esto le permite controlar que el texto es correcto gramaticalmente, que el significado es acorde y que la lectura resulta fluida para el destinatario de acuerdo con el género textual al que pertenece.
Otra de las funciones que realiza el traductor humano dentro del proceso de traducción automática neuronal es la de brindar servicios de localización. Esto significa adaptar el texto traducido a los usos del idioma en el lugar geográfico para el que está dirigido.
Por ejemplo: el español empleado en Latinoamérica dista considerablemente del hablado en la Península Ibérica. Asimismo, entre diferentes regiones de España existen variaciones para la misma lengua, siendo en ocasiones necesario adaptar un texto al lector para facilitar su interpretación y permitir una identificación que el lenguaje neutro no habilita.
En este sentido, tanto la posedición como los servicios de localización son labores que no se pueden prescindir durante un proceso de traducción automática que requiere rigurosidad en el empleo de las palabras, porque son aquellas que permiten que el lector comprenda el texto sin dificultades ni demoras.
Los verdaderos beneficios de la posedición (MTPE)
La traducción automática, junto con la posedición (Machine Translation Post Editing o MTPE, por sus siglas en inglés), es empleada tanto por organizaciones gubernamentales como empresas privadas que requieren traducir una gran cantidad de documentos de manera constante y esperan contar con los textos traducidos en periodos de tiempo relativamente cortos, como los laboratorios y empresas multinacionales que comercializan bienes y servicios en diferentes continentes y realizan lanzamientos en simultáneo en distintos países.
La MTPE les permite, en estos casos, cumplir con la demanda en tiempo y forma.
Más eficiencia
La principal ventaja de la traducción automática y la posedición es, como se ha señalado, la mayor productividad que logran tanto las empresas que cuentan con los softwares y el personal in situ, como las agencias de traducción a las que cientos de ellas tercerizan el trabajo.
Esto posibilita las entregas rápidas sin ir en detrimento de la calidad, y la flexibilidad para adaptarse a diferentes proyectos sin necesidad de una enorme dotación de traductores humanos.
Ahorro de costos
Al mantener la nómina controlada, los costos elevados quedan circunscriptos al periodo de adopción de las nuevas tecnologías y no se extienden en el tiempo como lo harían las remuneraciones mensuales al capital humano.
Contemplando ambas ventajas y la importancia que éstas tienen para grandes y medianas empresas, parece que la traducción automática ha llegado para quedarse.
¿Cuál es el futuro de la traducción automática?
Los avances tecnológicos en relación a la traducción automática están a la orden del día y la industria seguirá enfocando sus esfuerzos en crear opciones superadoras porque tanto el sector público como el privado necesitan soluciones acordes a los desafíos que se les presentan.
Mientras tanto, la traducción automática neuronal, la posedición y los servicios de localización continúan considerándose un equipo ganador, difícil de desafiar porque el factor humano es el que, finalmente, consigue que los textos sean tan legibles en el idioma original como en la lengua a la que han sido traducidos.
El mundo se globaliza, la inteligencia artificial nos tiene preparadas sorpresas que iremos descubriendo con el correr de los años y los avances en todas las industrias seguirán sucediéndose día a día.
Pero hoy, aquí y ahora, nada puede reemplazar la tarea del cerebro humano que maneja datos y piensa con palabras, pero tiene algo que no ha llegado a imitarse: capacidad de empatizar con el destinatario del mensaje donde quiera que éste se encuentre leyendo un texto.
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